Consejos legales si tu casero no cumple contrato

Consejos legales si tu casero no cumple contrato

Publicado el 21 de septiembre de 2025


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Qué hacer si tu casero no cumple el contrato: visión general

Cuando el casero no cumple contrato, la clave es actuar con método y dejar constancia de cada paso. Este artículo reúne consejos legales prácticos para inquilinos que se enfrentan a incumplimientos como falta de reparaciones, negativas a devolver la fianza, cortes de suministros por desidia del propietario o vulneraciones del derecho de disfrute pacífico de la vivienda. Antes de iniciar cualquier reclamación, conviene revisar con lupa el contrato de alquiler, sus anexos, el inventario y la normativa aplicable. Comprender qué obligaciones corresponden al propietario y cuáles al inquilino te ayudará a distinguir entre un simple desacuerdo y un verdadero incumplimiento.

La estrategia recomendada suele seguir cuatro fases: documentar (reunir pruebas), requerir (comunicar de forma fehaciente), negociar (buscar una solución amistosa o a través de mediación/arbitraje) y, si no funciona, reclamar (vía administrativa, arbitral o judicial). A lo largo del proceso, mantén el pago regular de la renta salvo asesoramiento específico que indique lo contrario, pues dejar de pagar sin base puede perjudicar tu posición. Otra pauta esencial es respetar los plazos de notificación y prescripción: una reclamación tardía o informal puede desvanecer un caso sólido.

Resumen operativo: 1) Relee tu contrato y leyes aplicables. 2) Junta pruebas (fotos, vídeos, peritajes, correos). 3) Envía un requerimiento formal (idealmente burofax). 4) Explora mediación o arbitraje. 5) Si persiste el incumplimiento, valora la demanda con apoyo profesional. Esta hoja de ruta aumenta tus opciones de cerrar el conflicto con rapidez y seguridad jurídica.

Recuerda que “consejos legales si tu casero no cumple contrato” no significa “judicializar” siempre: a menudo, un requerimiento claro y bien fundamentado basta para encarrilar al propietario. Sin embargo, si el problema se cronifica o afecta a la habitabilidad, conviene elevar el tono de la respuesta con herramientas probatorias y procesales adecuadas.

Reúne pruebas y documentación

La prueba lo es todo cuando tu casero no cumple. Empieza por un expediente de incidencias donde registres fecha, hora y descripción de cada problema: fugas, humedades, averías eléctricas, cortes de calefacción, visitas sin aviso, etc. Complementa cada entrada con fotografías y vídeos de calidad, capturas de pantalla de mensajes y correos intercambiados, y partes de reparación o presupuestos de técnicos. Si la avería afecta a la habitabilidad, incorpora informes periciales o de servicios técnicos municipales, así como cualquier parte de asistencia que acredite la urgencia o el riesgo.

Guarda facturas y tickets de gastos que hayas asumido temporalmente, así como comprobantes de pago de la renta y suministros. Reúne el contrato original, anexos, inventario firmado y fotografías del estado inicial de la vivienda. Si el casero incumple las obligaciones de conservación, tu dossier debe demostrar qué se solicitó, cuándo y la falta de respuesta o la respuesta inadecuada. Para dar más fuerza a tu relato, intenta que un tercero (vecino, conserje, técnico) pueda acreditar hechos claves, por ejemplo, el goteo constante en una tubería o la falta de calefacción durante días.

  • Usa carpetas digitales con fechas en el nombre y etiquetas claras (ej.: “2025-01-12_humedad_dormitorio”).
  • Centraliza la correspondencia en un único canal cuando sea posible (correo electrónico) para facilitar búsquedas.
  • Considera levantar acta notarial de presencia en casos graves o de difícil reproducción.

Tip probatorio: evita comunicaciones telefónicas sin rastro. Si ocurre, envía un correo-resumen inmediatamente (“Tal y como hemos hablado hoy a las 12:30…”). Este hábito te dará un hilo probatorio continuo y creíble.

Un conjunto de pruebas sólido no solo persuade al juez; también acelera acuerdos extrajudiciales. Muchos propietarios reaccionan al ver fotos, presupuestos y requerimientos ordenados, conscientes de que la inacción podría salirles más cara en costas y reparaciones acumuladas.

Comunicación formal: burofax y requerimiento

Tras documentar, llega el momento de requerir formalmente. El burofax con certificación de contenido y acuse de recibo es el medio idóneo para dejar constancia de tu reclamación. En él, describe el incumplimiento con precisión, adjunta o enumera las pruebas clave, solicita la solución concreta (p. ej., “reparación del calentador en 48 horas”) y fija un plazo razonable. Evita tonos agresivos y fórmulas vagas: cuanto más claro y profesional sea el texto, más posibilidades tendrás de que el propietario reaccione y menos margen habrá para interpretaciones interesadas.

En casos de urgencia (fugas, calefacción en invierno, riesgos eléctricos), puedes combinar el burofax con un correo electrónico inmediato o un mensaje certificable (plataformas de prueba electrónica) que adelante la petición. Si el casero se niega o no responde, tu burofax será la palanca para activar mediación, arbitraje o acciones judiciales. Además, demuestra tu buena fe y diligencia, aspectos valorados en sede judicial a la hora de repartir responsabilidades y condenar en costas.

Estructura recomendada del burofax: 1) Identificación de partes y vivienda. 2) Exposición de hechos y fechas. 3) Normas/contrato vulnerados. 4) Requerimiento concreto (qué, cómo, cuándo). 5) Advertencia de que, si no se atiende, se iniciarán las acciones oportunas. 6) Firma y datos de contacto.

Si el incumplimiento se refiere a acceso a la vivienda para reparar, recuerda fijar franjas razonables en coordinación contigo; si el casero aparece sin preaviso, queda constancia y requiérele a normalizar la comunicación. La fehaciencia y la mesura son tus mejores aliados para encarrilar el conflicto con seguridad jurídica.

Obligaciones del casero: mantenimiento y reparaciones

Una de las causas más frecuentes de “casero no cumple contrato” es la negativa a asumir reparaciones necesarias. En términos generales, el propietario debe mantener la vivienda en condiciones de habitabilidad, asumiendo las reparaciones que no sean imputables al uso ordinario del inquilino. Hablamos de caldera, filtraciones, instalaciones eléctricas, humedades estructurales, cerraduras defectuosas o ventanas que no sellan. El inquilino, por su parte, se ocupa de pequeñas reparaciones por desgaste derivado del uso normal (bombillas, algún ajuste menor), salvo que esas pequeñas reparaciones provengan de una causa mayor que sea responsabilidad del casero.

Ante una avería, notifica de inmediato por escrito, adjunta fotos/vídeos y permite el acceso a la vivienda en horarios razonables. Si el casero dilata injustificadamente, documenta cada intento de solución. En supuestos de urgencia —por ejemplo, una fuga que daña a vecinos— puedes actuar para evitar daños y luego reclamar el coste documentado, siempre que sea proporcional y acreditado con factura y peritaje si procede.

  • Vicios ocultos o estructurales: requieren evaluación técnica y suelen ser a cargo del propietario.
  • Suministros esenciales: calefacción/agua caliente en época fría y la seguridad de la instalación eléctrica son prioritarios.
  • Plazos razonables: diferencia una molestia menor de una urgencia que exige respuesta en 24–72 horas.

Claves prácticas: 1) Nunca ejecutes obras sin comunicación previa salvo urgencia. 2) Exige profesionales cualificados y albaranes. 3) Si hay daños a terceros, comunícalo al seguro del edificio o del propietario cuanto antes.

La correcta delimitación de responsabilidades reduce fricciones y evita que el casero cargue sobre ti gastos que legalmente no te corresponden. Una reclamación bien armada, con peritaje y requerimiento, suele resolver el 80% de los supuestos sin judicializar.

Pagos, fianza y rentas: cómo protegerte

Otra fuente de conflicto es la fianza y las cantidades asimiladas. El casero debe devolverla al finalizar el contrato, descontando solo daños objetivos imputables al inquilino debidamente justificados. Fotografías del estado inicial/final y un inventario firmado son la mejor salvaguarda. Si el propietario pretende compensar rentas o desperfectos sin prueba, responde con un requerimiento y, en su caso, una reclamación de cantidad. Mientras dure el contrato, paga puntualmente las rentas y conserva resguardos. Si el casero no emite recibos, envíale transferencia con concepto claro e informa por correo electrónico.

Si hay incumplimientos graves del propietario que afecten a la habitabilidad, se abre la puerta a solicitar reducción de renta proporcional mientras persista el problema, siempre con base probatoria y, preferiblemente, tras un dictamen técnico. Actuar sin asesoramiento puede exponerte a un desahucio por impago; por eso, la prudencia y el expediente probatorio son esenciales. Evita la compensación unilateral de gastos con la renta salvo que esté pactado o exista resolución/mediación a tu favor.

  • Exige la liquidación detallada de fianza al terminar: conceptos, importes y pruebas.
  • Si hay subidas de renta, revisa su base contractual y legal (índices, topes, plazos de preaviso).
  • Conserva extractos bancarios, correos y cualquier acuerdo escrito sobre pagos y compensaciones.

Consejo: si anticipas conflicto al final, programa una visita de preentrega con el casero y levanta un acta fotográfica conjunta. Muchas disputas de fianza se neutralizan así.

Una gestión metódica de pagos y depósitos no solo evita tensiones; también te coloca en la mejor posición para recuperar lo tuyo si el propietario incumple.

Vías legales: mediación, arbitraje y juicio

Si el burofax no surte efecto, valora las vías de resolución de conflictos. La mediación permite, con ayuda de un tercero neutral, explorar soluciones creativas (plazos de reparación, descuentos temporales, compromisos escritos). Es ágil y económica, ideal para relaciones que deben continuar. El arbitraje de consumo o el previsto en el contrato puede ofrecer una solución vinculante más rápida que los tribunales. Revisa si tu contrato contiene cláusula arbitral o si tu comunidad autónoma ofrece sistemas públicos de consumo aplicables a arrendamientos de vivienda y servicios conexos.

Cuando no hay otra salida, acude a la vía judicial. Puedes interponer demanda de cumplimiento de obligaciones, reparación de daños o reclamación de cantidad. En supuestos de urgencia (p. ej., restablecer calefacción), explora medidas cautelares que obliguen a actuar de inmediato. Prepara con tu abogado la prueba: documental, testifical, pericial y, en su caso, actas notariales. La coherencia entre burofax, incidencias y peritajes incrementa notablemente las opciones de sentencia favorable.

  • Mediación: confidencial, voluntaria y orientada al acuerdo. Útil si la relación continúa.
  • Arbitraje: laudo ejecutivo, plazos más breves. Revisa competencia y cláusula aplicable.
  • Juicio: más formal y lento, pero imprescindible si hay resistencia o daños relevantes.

Checklist antes de demandar: 1) Burofax claro; 2) Pruebas sólidas; 3) Peritaje cuando aplique; 4) Cálculo de daños y cuantía; 5) Estrategia de costas y tiempos.

Elegir la vía adecuada depende de la gravedad del incumplimiento, del valor económico y de tu necesidad de solución rápida. Con un buen expediente, muchas disputas se resuelven en acuerdos previos al juicio.

Modelos y plantillas útiles

Disponer de textos base acelera y ordena tus reclamaciones. A continuación, encontrarás un esqueleto de requerimiento que puedes adaptar a tu caso. Recuerda personalizarlo con datos reales, fechas exactas y referencias a pruebas. Si el asunto es complejo, es recomendable revisión profesional para ajustar fundamentos y peticiones.

Modelo de requerimiento por incumplimiento del casero
Asunto: Requerimiento de reparación y cumplimiento contractual
Remitente: [Nombre inquilino], DNI [___], domicilio arrendado [___].
Destinatario: [Nombre propietario], [dirección].
Hechos: Desde el [fecha], la vivienda presenta [descripción: p. ej., avería de caldera], comunicada en varias ocasiones (correos del [fechas]). Adjunto fotografías y presupuesto técnico.
Fundamento: Según contrato (cláusula [__]) y obligaciones de conservación, corresponde al arrendador su reparación.
Requerimiento: Que en el plazo de 48 horas se proceda a la reparación por profesional cualificado, concertando cita previa. De no atenderse, me veré obligado a ejercitar las acciones oportunas y reclamar daños.
Firma y fecha.

Para fianzas, utiliza un texto de reclamación de cantidad con liquidación detallada de conceptos y adjunta acta fotográfica de entrega. Si necesitas reducción de renta por pérdida de habitabilidad, incorpora informe pericial que cuantifique el impacto. Estandariza tus anexos: 1) inventario y fotos, 2) cronología de incidencias, 3) comunicaciones, 4) facturas/presupuestos, 5) dictámenes técnicos.

Mantener una biblioteca de modelos —requerimiento, recordatorio, propuesta de mediación y reclamación de fianza— te ahorra tiempo y te ayuda a comunicar con precisión, evitando ambigüedades que alargan el conflicto.

Errores comunes del inquilino y cómo evitarlos

En situaciones tensas con el propietario, es fácil cometer fallos que debilitan tu posición. El más habitual es no documentar desde el primer día. Muchos inquilinos avisan por teléfono o mensajería, pero no guardan pruebas ni formalizan la incidencia. Otro error es dejar de pagar la renta por frustración, sin asesoramiento ni base legal; esta decisión puede desencadenar un desahucio por impago aunque el casero esté incumpliendo en otras áreas. También es frecuente aceptar “arreglos caseros” sin factura o permitir la entrada de “técnicos” sin verificar su cualificación, lo que complica la reclamación posterior.

Evita igualmente plazos difusos en tus comunicaciones (“arregle esto cuanto antes”) y ambigüedades en tus peticiones. Indica con claridad qué solución solicitas y en qué plazo, adjuntando pruebas. No olvides revisar el contrato y las reglas de convivencia de la finca: algunas incidencias se resuelven aplicando cláusulas ya previstas. Finalmente, no personalices el conflicto. Mantén un tono profesional, evitas insultos o amenazas y céntrate en hechos y obligaciones. La cortesía estratégica no es debilidad: es una ventaja táctica en mediación y juicio.

  • Formaliza por escrito y centraliza canales.
  • No retengas la renta sin soporte legal.
  • Exige facturas y albaranes de toda intervención.
  • Protege tus llaves y tu derecho a la intimidad: visitas concertadas y con avisos.

Atajo mental: cada paso debe poder explicarse a un tercero neutral (mediador/juez) con cronología y documentos. Si hoy no puedes demostrarlo, mañana será tarde.

Una conducta ordenada y prudente no solo evita errores: te coloca en la mejor posición para lograr una solución rápida y favorable.

Plazos, prescripción y pruebas periciales

Los plazos marcan el ritmo de la reclamación. En materia de arrendamientos, hay términos de preaviso para resolver o no renovar, plazos para responder requerimientos y límites de prescripción para reclamar cantidades o incumplimientos. La manera más segura de no perder derechos es actuar pronto: el primer requerimiento debería salir cuando tengas prueba suficiente de la incidencia y una valoración de su gravedad. Si el problema afecta a la habitabilidad, prioriza la solicitud de reparación y, en paralelo, documenta la pérdida de uso con informes.

La prueba pericial suele ser decisiva en humedades, instalaciones defectuosas, ruidos o incumplimientos técnicos. Un perito cualificado cuantifica daños y determina causas (vicio constructivo, mantenimiento deficiente, culpa del inquilino…). Pide presupuestos, compara alcances y exige fotografías, mediciones y conclusiones claras. En tu plan de tiempos, reserva margen para la pericial: coordínala con el acceso a la vivienda y comunícalo al casero para evitar objeciones.

  • Registra la cronología (incidencia, aviso, requerimiento, respuesta, intervención técnica).
  • En urgencias, acompaña tu requerimiento de medidas cautelares si hay riesgo (agua, electricidad).
  • No dejes caducar reclamaciones de fianza o de cantidades: prepara la demanda con tiempo.

Regla de oro: actuación temprana + peritaje sólido + burofax claro = máximo poder negociador y probatorio.

Conocer y planificar los plazos es tu seguro jurídico: evita la inercia y transforma un conflicto difuso en un caso ordenado y ganable.

Preguntas frecuentes

¿Puedo dejar de pagar la renta si el casero no repara? Lo recomendable es no hacerlo sin asesoramiento. Puedes requerir por burofax, pedir reducción de renta con base técnica o acudir a mediación/juicio. Suspender pagos sin soporte puede exponerte a desahucio.

¿Cómo reclamo la fianza si no la devuelven? Envía requerimiento con inventario y fotos del estado final. Si no responden, plantea reclamación de cantidad con tu documentación probatoria. Evita acuerdos verbales: todo por escrito.

¿Qué es un burofax y por qué es útil? Es un envío con certificación de contenido y acuse de recibo. Acredita qué dijiste y cuándo, clave para demostrar tu diligencia y activar vías extrajudiciales o judiciales.

¿Qué reparaciones debe asumir el propietario? En general, las necesarias para mantener la habitabilidad y las no derivadas del uso ordinario del inquilino. Tú te encargas de pequeñas reparaciones por desgaste normal, salvo que tengan causa mayor.

¿Mediación o juicio? Si buscas rapidez y mantener la relación, empieza por mediación. Si hay resistencia o daños relevantes, la vía judicial —con peritaje y burofax previos— puede ser la más adecuada.

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