
Asesoramiento legal frente a desahucios
Publicado el 06 de junio de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 23 min
Introducción
En el complejo escenario legal de la vivienda, el desahucio representa una de las situaciones más críticas para miles de personas en España cada año. Se trata de un procedimiento judicial mediante el cual el propietario de un inmueble puede recuperar la posesión del mismo cuando el inquilino ha incumplido ciertas obligaciones contractuales, como el impago del alquiler o la ocupación indebida. Esta problemática, además de tener implicaciones legales importantes, afecta directamente a la estabilidad habitacional, emocional y económica de quienes la enfrentan.
El asesoramiento legal especializado frente a desahucios es una herramienta esencial para garantizar que los derechos del inquilino sean respetados en todo momento y para evitar situaciones de desprotección. Contar con la orientación de un profesional del derecho permite no solo comprender el alcance del procedimiento, sino también identificar posibles errores formales en la demanda, alegar causas justificadas del impago o incluso recurrir a vías de negociación que frenen el proceso antes de que se produzca el desalojo.
A través de esta guía detallada, abordaremos los aspectos clave del asesoramiento legal ante un desahucio, desde la identificación del tipo de desahucio, los pasos procesales que lo componen, hasta las alternativas legales disponibles para el inquilino. También analizaremos los derechos constitucionales relacionados con la vivienda y el debido proceso, así como los recursos administrativos y judiciales que pueden activarse según cada caso.
⚖️ Nota importante: Ninguna persona debe ser desahuciada sin una resolución judicial firme y con pleno respeto a sus garantías procesales. Si recibes una notificación o tienes dudas sobre tu situación, busca asesoría legal de inmediato para evaluar tus opciones y proteger tus derechos.
La información que aquí se presenta está pensada para proporcionar una visión clara, práctica y legalmente fundamentada del proceso de desahucio y de las distintas estrategias que pueden utilizarse para enfrentarlo. Tanto si te enfrentas a un procedimiento inminente como si deseas conocer mejor tus derechos como inquilino, esta sección introductoria te proporcionará una base sólida para actuar con conocimiento, seguridad y respaldo jurídico.
- ¿Qué derechos tienes como arrendatario en caso de impago?
- ¿Puede evitarse un desahucio con acuerdos extrajudiciales?
- ¿Qué tipos de defensa existen ante una demanda de desahucio?
A lo largo del artículo exploraremos cada una de estas preguntas en profundidad, aportando claves útiles para inquilinos y familias que buscan una solución jurídica justa ante una situación de desalojo. El conocimiento legal es poder, y estar bien informado es el primer paso para afrontar cualquier proceso con garantías.
¿Qué es un desahucio?
El desahucio es un procedimiento legal mediante el cual el propietario de una vivienda o local recupera la posesión del inmueble cuando el inquilino incumple ciertas obligaciones contractuales. Generalmente, está vinculado al impago del alquiler, aunque también puede originarse por otras causas como el vencimiento del contrato, subarriendos no autorizados o usos indebidos de la propiedad. Es un proceso que debe ser tramitado ante los tribunales, y cuya ejecución solo puede realizarse mediante una resolución judicial.
En España, el desahucio está regulado principalmente por la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), concretamente en su procedimiento especial de juicio verbal, diseñado para dar respuesta ágil a este tipo de conflictos. Es importante destacar que ningún propietario puede desalojar por su cuenta a un inquilino, ya que cualquier intento de hacerlo sin una orden judicial puede constituir un delito de coacciones.
⚠️ Importante: El desahucio siempre debe respetar el debido proceso legal. Si eres arrendatario y recibes una notificación de demanda de desahucio, es fundamental que no ignores el requerimiento y busques asesoramiento jurídico lo antes posible.
Existen distintos tipos de desahucio, según la causa que lo motiva. El más habitual es el desahucio por falta de pago, pero también se dan situaciones como:
- Desahucio por expiración del contrato: cuando finaliza el plazo de duración del alquiler y el inquilino no abandona el inmueble.
- Desahucio por precario: cuando una persona ocupa una vivienda sin contrato ni contraprestación económica (por ejemplo, cesión gratuita).
- Desahucio por obras o daños: si el arrendatario ha deteriorado el inmueble o realizado obras sin autorización del propietario.
El proceso de desahucio suele seguir una secuencia determinada: envío de burofax reclamando la deuda o notificando el fin del contrato, presentación de demanda, admisión a trámite, señalamiento de juicio y, si procede, lanzamiento (desalojo). Sin embargo, muchas veces el procedimiento puede detenerse si se paga la deuda o si se alcanza un acuerdo entre las partes antes del juicio.
Comprender qué es un desahucio, sus tipos y sus consecuencias legales, es clave tanto para arrendadores como para inquilinos. Mientras que el propietario busca proteger su derecho de uso y disfrute de la propiedad, el inquilino necesita conocer los mecanismos de defensa legal disponibles para evitar abusos o situaciones de vulnerabilidad habitacional.
Motivos legales del desahucio
El desahucio es un procedimiento judicial que se origina cuando se incumplen determinadas condiciones legales o contractuales en un contrato de arrendamiento. La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y la Ley de Enjuiciamiento Civil establecen los supuestos en los que un propietario puede solicitar ante los tribunales la resolución del contrato y la recuperación del inmueble. Conocer estos motivos es fundamental tanto para arrendadores como para arrendatarios, ya que de ello dependerá la legitimidad del procedimiento.
A continuación, se detallan los motivos más frecuentes por los que puede iniciarse un procedimiento de desahucio en España:
- Impago de rentas o suministros: Es el motivo más habitual. Si el arrendatario deja de abonar el alquiler, el propietario puede presentar una demanda de desahucio por falta de pago.
- Finalización del contrato sin abandono del inmueble: Si el contrato ha expirado y el inquilino no ha desalojado la vivienda, el arrendador puede solicitar el desalojo judicial.
- Subarriendo no autorizado: La cesión o subarriendo total o parcial sin el consentimiento expreso del arrendador constituye causa legal de resolución del contrato.
- Uso indebido del inmueble: Utilizar la vivienda para fines distintos a los pactados (por ejemplo, uso comercial en un contrato de uso residencial) puede dar lugar a un desahucio.
- Deterioro del inmueble: Cuando el arrendatario causa daños intencionados o por negligencia grave en la propiedad.
- Conductas molestas o ilegales: Actividades que causen molestias graves a los vecinos, como ruidos constantes, o incluso actividades ilícitas como cultivo de sustancias estupefacientes.
✅ Recomendación legal: Antes de iniciar cualquier acción legal, es recomendable que el arrendador envíe un burofax reclamando el cumplimiento del contrato o el abandono del inmueble. Esta notificación puede servir como prueba en el juicio y, en ocasiones, facilita acuerdos extrajudiciales.
Todos estos motivos deben ser debidamente acreditados ante el juzgado mediante pruebas documentales, testificales o periciales. Además, el procedimiento debe respetar los plazos procesales establecidos, así como los derechos de defensa del arrendatario. Por ello, contar con asesoramiento legal especializado es clave para garantizar que tanto la reclamación como la respuesta a la misma se realicen con fundamento y dentro del marco legal correspondiente.
La identificación correcta del motivo legal del desahucio no solo facilita el éxito del proceso, sino que también puede permitir que las partes encuentren soluciones previas, como acuerdos de pago o resolución anticipada del contrato. Entender estos fundamentos evita actuaciones precipitadas y fortalece la posición jurídica de ambas partes ante un eventual conflicto judicial.
Cómo actuar ante un desahucio
Enfrentarse a un proceso de desahucio puede ser una experiencia angustiante, pero actuar con rapidez y conocimiento es esencial para proteger tus derechos. El primer paso fundamental es no ignorar la situación. Una vez se recibe una notificación judicial o un burofax del arrendador, los plazos empiezan a correr, y cualquier demora puede limitar las opciones de defensa o incluso dar lugar a un lanzamiento inmediato.
Es vital entender que existen mecanismos legales para responder y defenderse dentro del procedimiento. La Ley de Enjuiciamiento Civil otorga un plazo de 10 días hábiles desde la notificación para que el inquilino pueda:
- Pagar la deuda reclamada y paralizar el desahucio mediante enervación.
- Oponerse a la demanda si considera que existen causas legales que impiden el desalojo.
- Solicitar el reconocimiento de vulnerabilidad económica ante los servicios sociales.
💡 Consejo práctico: Busca asesoría jurídica especializada cuanto antes. Muchos colegios de abogados ofrecen turno de oficio o asistencia gratuita si acreditas insuficiencia de recursos. Contar con un abogado desde el inicio puede marcar la diferencia en el resultado del proceso.
Si la deuda es cierta y el inquilino dispone de recursos, abonar lo reclamado junto con los costes procesales puede evitar el desahucio. Esta acción, conocida como “enervación”, solo puede ejercerse una vez durante la vigencia del contrato. Si ya se ha intentado en el pasado, la opción no estará disponible.
En caso de no poder pagar ni oponerse jurídicamente, aún es posible ganar tiempo solicitando la intervención de los servicios sociales. La ley contempla la posibilidad de suspender el lanzamiento si se acredita una situación de vulnerabilidad y se justifica adecuadamente. Esta medida, sin embargo, es temporal y no detiene el proceso de forma definitiva.
Finalmente, es recomendable explorar la vía del acuerdo extrajudicial. Algunos arrendadores están dispuestos a pactar un calendario de pagos, una entrega pactada de llaves o incluso la condonación parcial de la deuda para evitar procedimientos largos y costosos. Mostrar una actitud colaborativa y documentar cualquier acuerdo es clave en estos casos.
En definitiva, actuar con información, rapidez y apoyo legal incrementa notablemente las posibilidades de encontrar una solución más justa y humana ante un proceso de desahucio. Ignorar la situación solo acelera el procedimiento y reduce las opciones de defensa o negociación.
Defensa legal del inquilino
Ante una demanda de desahucio, el inquilino tiene derecho a ejercer una defensa legal sólida que garantice sus derechos fundamentales como parte del proceso. Esta defensa debe llevarse a cabo dentro del plazo establecido por la ley (10 días hábiles desde la notificación) y puede adoptar distintas formas en función de las circunstancias del caso. La clave está en actuar con rapidez, documentar adecuadamente los hechos y contar con asesoría jurídica especializada.
Las estrategias de defensa más comunes que pueden esgrimirse ante un juzgado son las siguientes:
- Enervación del desahucio: Si es la primera vez que se produce un impago, el inquilino puede evitar el desahucio pagando la deuda reclamada en el plazo legal, incluidos los intereses y costas si corresponde.
- Oposición con causa justificada: Si existen errores en la demanda, pagos ya realizados no contabilizados, o si el contrato presenta cláusulas abusivas, el inquilino puede presentar alegaciones para solicitar la nulidad del proceso.
- Solicitud de asistencia jurídica gratuita: Aquellos inquilinos con recursos económicos limitados pueden solicitar un abogado de oficio para defender sus intereses sin coste.
- Acreditación de vulnerabilidad: En casos de extrema necesidad, es posible solicitar la suspensión del lanzamiento si se acredita situación de vulnerabilidad social ante los servicios sociales.
🛡️ Recuerda: La intervención de un abogado no es solo una formalidad; es una garantía de que el procedimiento se lleve a cabo conforme a derecho. En muchos casos, una buena defensa puede frenar el desahucio, ganar tiempo o incluso resolver el conflicto de forma extrajudicial.
Otro recurso importante es la revisión del contrato de arrendamiento. Puede darse el caso de que existan cláusulas contrarias a la Ley de Arrendamientos Urbanos o que el arrendador esté exigiendo condiciones no pactadas por escrito. Asimismo, es relevante comprobar si la vivienda tiene condiciones mínimas de habitabilidad, ya que su ausencia puede ser argumento para impugnar el procedimiento.
Por último, la vía de la negociación directa también forma parte de la defensa legal. Llegar a acuerdos con el arrendador, como calendarios de pago o prórrogas pactadas, puede evitar la vía judicial o frenar un lanzamiento inminente. Toda negociación debe quedar por escrito y, de ser posible, contar con la supervisión de un abogado para garantizar su validez legal.
La defensa legal del inquilino no solo busca evitar el desalojo, sino también garantizar un trato justo y equilibrado durante todo el proceso. La ley ampara al arrendatario que actúa con buena fe y se esfuerza por regularizar su situación, siempre que ejerza su derecho a tiempo y con los recursos adecuados.
Requisitos y plazos legales
Iniciar un procedimiento de desahucio requiere cumplir con una serie de requisitos legales establecidos en la Ley de Enjuiciamiento Civil y en la Ley de Arrendamientos Urbanos. Estos requisitos y plazos son esenciales tanto para el arrendador, que debe justificar adecuadamente la demanda, como para el arrendatario, que dispone de tiempos específicos para ejercer su defensa. El incumplimiento de cualquiera de estas condiciones puede retrasar el proceso o incluso anularlo.
A continuación se resumen los principales requisitos legales que deben cumplirse antes y durante el procedimiento:
- Existencia de un contrato de arrendamiento: Puede ser verbal o escrito, aunque se recomienda que esté documentado para facilitar las pruebas.
- Incumplimiento justificado: Debe acreditarse una causa legal para el desahucio, como impago, uso indebido del inmueble o finalización del contrato.
- Requerimiento previo: En casos de impago, es habitual enviar un burofax reclamando la deuda antes de acudir a los tribunales.
- Demanda judicial: Presentación ante el juzgado competente, generalmente el del lugar donde se encuentra el inmueble.
- Notificación válida al inquilino: Es imprescindible que la parte demandada reciba la notificación en forma legal, para garantizar su derecho a la defensa.
Respecto a los plazos, estos son los más relevantes que marca la legislación vigente:
- 10 días hábiles para oponerse: Una vez notificado el desahucio, el inquilino tiene este plazo para pagar la deuda, enervar el desahucio o presentar alegaciones.
- 30 días para resolución judicial (estimativa): Si no hay oposición, el juzgado puede dictar sentencia favorable al arrendador de forma casi automática.
- 20 días desde la sentencia para solicitar ejecución: El arrendador puede solicitar el lanzamiento si el inquilino no abandona voluntariamente el inmueble.
- Fecha de lanzamiento: Fijada por el juzgado, puede demorarse semanas dependiendo de la carga judicial o posibles suspensiones por vulnerabilidad social.
📌 Nota importante: Todos los plazos indicados son hábiles, lo que significa que no se cuentan sábados, domingos ni festivos. Además, deben computarse desde el día siguiente a la notificación formal del juzgado.
Conocer los requisitos y plazos legales permite actuar con previsión, evitar errores procesales y preparar una estrategia efectiva. Tanto propietarios como inquilinos deben estar bien informados para ejercer sus derechos dentro del marco legal, evitando actuaciones precipitadas o negligencias que puedan perjudicar su posición ante el juzgado.
Documentación necesaria
Tanto el arrendador que inicia un procedimiento de desahucio como el inquilino que se defiende deben contar con una serie de documentos clave que acrediten su posición ante el juzgado. La correcta recopilación y presentación de esta documentación es fundamental para que el proceso avance con garantías y dentro de los plazos establecidos. Una demanda mal fundamentada o una defensa sin pruebas puede ser desestimada o resultar desfavorable.
A continuación, se detalla la documentación más habitual que se debe aportar en un proceso de desahucio, diferenciando entre la parte demandante (propietario) y la parte demandada (inquilino):
Para el arrendador:
- Contrato de arrendamiento: Preferiblemente firmado y con todas sus cláusulas visibles. Si es verbal, conviene aportar pruebas de la existencia de la relación contractual.
- Requerimiento previo: Copia del burofax o notificación fehaciente reclamando el pago o solicitando la entrega del inmueble.
- Justificantes de impago: Extractos bancarios o recibos devueltos que demuestren la falta de abono de la renta u otros conceptos pactados.
- Escritura de propiedad: Documento que acredite que el demandante es titular legítimo del inmueble.
- DNI o documento identificativo: Del propietario o representante legal en caso de personas jurídicas.
Para el inquilino:
- Recibos de pago: Cualquier justificante que pruebe que las rentas han sido abonadas parcial o totalmente.
- Comunicaciones con el arrendador: Correos electrónicos, mensajes o escritos que reflejen acuerdos, avisos o compromisos mutuos.
- Informe de servicios sociales: En caso de alegar situación de vulnerabilidad, será necesario presentar este informe oficial.
- Solicitud de abogado de oficio: Si se ha pedido justicia gratuita, debe adjuntarse la documentación correspondiente.
- Contratos y documentos complementarios: Como prórrogas, modificaciones del contrato, o pactos privados firmados por ambas partes.
📄 Importante: Toda la documentación debe presentarse en original o copia compulsada y estar correctamente ordenada para facilitar su admisión por el juzgado. Un expediente claro y bien documentado agiliza el proceso y fortalece la posición de quien lo aporta.
En resumen, reunir la documentación necesaria con antelación es una de las mejores estrategias para afrontar un proceso de desahucio con éxito. Ya sea para demandar o defenderse, los documentos son la principal herramienta probatoria que permitirá al juez tomar una decisión justa basada en los hechos reales.
Desahucio por falta de pago
El desahucio por falta de pago es el procedimiento más habitual dentro de los procesos de recuperación de viviendas o locales por parte de los propietarios. Se produce cuando el arrendatario incumple con la obligación principal del contrato de arrendamiento: el abono puntual de la renta. Este tipo de desahucio está regulado en la Ley de Enjuiciamiento Civil y puede iniciarse cuando existe un impago de uno o varios meses consecutivos.
El propietario tiene derecho a presentar una demanda si el inquilino deja de pagar el alquiler, los suministros asumidos contractualmente, o incluso otros conceptos pactados como la comunidad o el IBI si estuviesen incluidos. No es necesario esperar a que se acumulen grandes deudas: un solo mes de impago puede ser suficiente para iniciar el proceso legal.
El proceso sigue los siguientes pasos:
- Requerimiento previo de pago: A través de burofax u otro medio fehaciente, el arrendador suele reclamar el pago antes de iniciar la vía judicial.
- Presentación de la demanda: Se interpone en el juzgado de primera instancia correspondiente al domicilio del inmueble.
- Notificación y plazo de 10 días: El inquilino puede pagar la deuda, oponerse a la demanda o enervar el desahucio.
- Sentencia y lanzamiento: Si no hay oposición ni pago, el juez dicta el desahucio y fija fecha para el desalojo del inmueble.
💡 Dato clave: La enervación del desahucio solo puede ejercerse una vez. Si el arrendador ya ha reclamado judicialmente en el pasado y el inquilino ha evitado el desahucio pagando, no podrá volver a utilizar esta opción en un nuevo procedimiento.
El inquilino debe actuar con rapidez y evaluar sus posibilidades de pago o defensa. En muchos casos, si la deuda no es elevada, puede pactarse un calendario de pagos para evitar el juicio. Sin embargo, si se ignora la notificación o no se comparece en el juzgado, el proceso avanzará y culminará con el desalojo forzoso.
Por ello, ante cualquier dificultad para abonar el alquiler, es aconsejable comunicarlo al propietario y buscar asesoría legal lo antes posible. La prevención, el diálogo y el conocimiento del marco legal pueden evitar consecuencias graves como la pérdida de la vivienda.
Alternativas legales y negociación
Aunque el procedimiento de desahucio tiene una estructura legal clara, existen diversas alternativas legales y vías de negociación que pueden evitar la ejecución del desalojo. Estas opciones permiten, tanto al arrendador como al arrendatario, resolver el conflicto sin necesidad de una sentencia o de recurrir a la vía judicial, siempre que ambas partes actúen de buena fe y estén dispuestas a llegar a un entendimiento.
Las alternativas legales más comunes se centran en fórmulas de acuerdo que garanticen la continuidad de la relación contractual o faciliten una salida ordenada de la vivienda. Estas opciones son especialmente útiles cuando existen situaciones de vulnerabilidad social o cuando el impago ha sido puntual y puede corregirse con flexibilidad.
Algunas de las fórmulas más utilizadas incluyen:
- Calendarios de pago: Acuerdos mediante los cuales el inquilino se compromete a abonar la deuda pendiente en plazos asumibles, sin interrumpir el pago mensual ordinario del alquiler.
- Reducción temporal de la renta: En situaciones de dificultad económica, el propietario puede aceptar una rebaja provisional para evitar el impago total.
- Entrega voluntaria del inmueble: El inquilino puede acordar con el arrendador una entrega pactada de llaves para evitar costes judiciales y proteger su historial como arrendatario.
- Mediación extrajudicial: Un tercero imparcial, como un mediador profesional, puede facilitar el diálogo entre las partes y proponer soluciones equitativas.
🤝 Recomendación: Toda negociación debe quedar por escrito y firmada por ambas partes. Incluir cláusulas claras sobre plazos, importes y consecuencias ante nuevos incumplimientos proporciona seguridad jurídica y evita malentendidos futuros.
Además, en determinados supuestos, el arrendatario puede acogerse a ayudas públicas al alquiler, subvenciones por emergencia social o programas de mediación municipal. Estos recursos pueden ser clave para saldar deudas y conservar la vivienda sin necesidad de acudir a los tribunales.
La negociación no es una muestra de debilidad, sino una herramienta legítima para resolver conflictos de manera eficiente, rápida y humana. Implica un esfuerzo mutuo para encontrar una solución que respete los intereses de ambas partes. En muchos casos, una llamada o una reunión con voluntad de diálogo puede evitar meses de litigio, costes judiciales y un desalojo traumático.
Asistencia jurídica gratuita
La asistencia jurídica gratuita es un derecho fundamental recogido en el ordenamiento jurídico español que garantiza el acceso a la justicia a las personas que carecen de recursos económicos suficientes. En el contexto de un procedimiento de desahucio, esta figura cobra especial relevancia, ya que permite a los arrendatarios en situación de vulnerabilidad contar con defensa legal sin asumir costes económicos. Esta ayuda no solo incluye el nombramiento de un abogado y un procurador de oficio, sino también otros beneficios importantes durante el proceso judicial.
Para acceder a este derecho, el solicitante debe cumplir con una serie de requisitos económicos establecidos en la Ley 1/1996, de asistencia jurídica gratuita. En términos generales, el umbral se sitúa en no superar el doble del IPREM vigente (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), aunque puede variar en función de la unidad familiar y otros factores sociales.
El procedimiento para solicitar la asistencia jurídica gratuita es relativamente sencillo. A continuación, se detallan los pasos habituales:
- Presentación de la solicitud: Ante el colegio de abogados del partido judicial correspondiente o en el propio juzgado.
- Documentación justificativa: Aportar DNI, certificado de empadronamiento, declaración de ingresos, informe de vida laboral, y en su caso, justificantes de prestaciones o ayudas públicas.
- Valoración del expediente: El colegio de abogados y la comisión de asistencia jurídica gratuita examinarán la solicitud y emitirán resolución.
- Nombramiento de abogado y procurador: Si se concede el derecho, se asignará un letrado del turno de oficio para representar al solicitante durante el proceso.
✅ Importante: El hecho de iniciar el procedimiento de solicitud de justicia gratuita suspende temporalmente el proceso judicial si así se solicita, permitiendo ganar tiempo para preparar una defensa adecuada sin perder derechos procesales.
Además de cubrir los honorarios profesionales, la asistencia jurídica gratuita puede incluir otros beneficios, como la exención del pago de tasas judiciales, reducción de costes notariales y registrales, e incluso la gratuidad de peritajes necesarios para el procedimiento. Esto permite al solicitante ejercer su derecho a una tutela judicial efectiva, incluso en situaciones de precariedad económica.
En definitiva, la asistencia jurídica gratuita es una herramienta clave en la defensa del inquilino frente a un desahucio, especialmente cuando se encuentra en una posición desfavorable. Acceder a este derecho a tiempo puede marcar una diferencia crucial en el desarrollo y desenlace del proceso judicial.
Preguntas Frecuentes
A continuación, resolvemos algunas de las preguntas más comunes relacionadas con el desahucio y el asesoramiento legal frente a este procedimiento. Estas respuestas están pensadas para ofrecer claridad y orientación básica a personas que se enfrentan a una situación de este tipo o desean conocer mejor sus derechos y opciones legales.
¿Cuánto tiempo puede tardar un desahucio?
El tiempo varía según la carga de trabajo del juzgado, pero en promedio puede durar entre tres y seis meses desde la presentación de la demanda hasta el lanzamiento. Si hay oposición o solicitud de asistencia jurídica gratuita, el plazo puede ampliarse considerablemente.
¿Puedo evitar el desahucio si pago la deuda?
Sí, mediante el mecanismo de enervación del desahucio. Esta opción permite paralizar el proceso pagando la cantidad adeudada dentro del plazo de 10 días desde la notificación. No obstante, solo puede ejercerse una vez durante la vigencia del contrato.
¿Qué pasa si no tengo contrato de alquiler por escrito?
Aunque el contrato sea verbal, la relación arrendaticia puede probarse mediante transferencias bancarias, recibos, mensajes o cualquier otro indicio de ocupación legal. Es recomendable recopilar toda la documentación posible para acreditar dicha relación.
¿Puedo obtener un abogado de oficio si no tengo ingresos?
Sí. Si tus ingresos están por debajo de los límites establecidos por la ley, puedes solicitar asistencia jurídica gratuita. Esto incluye abogado y procurador de oficio, y la exención de tasas judiciales.
¿Qué sucede si no me presento al juicio?
Si el inquilino no comparece ni paga la deuda, el procedimiento continuará en rebeldía. El juzgado dictará sentencia a favor del arrendador y fijará la fecha del lanzamiento sin más trámites.
📌 Consejo legal: Aunque cada caso es distinto, actuar con rapidez y buscar asesoría legal desde el primer momento es clave para proteger tus derechos y encontrar soluciones adecuadas. Un abogado especializado puede evaluar tu situación concreta y ayudarte a tomar las mejores decisiones.
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